Paseo del Triunfo de Santa Marina.
El paseo del «Triunfo de Santa Marina» es el lugar más popular de todo el municipio, corazón y núcleo de la vida urbana. En este espacio confluyen las calles San Marcos, La Feria, San Sebastián, Pintor Zurbarán, Miguel Hernández y Ramón y Cajal.
Además, hasta el desvío de la carretera Córdoba-Málaga a mediados del siglo XX, fue una destacada parada de esta vía. Hasta bien entrado el siglo XVIII se hallaba a extramuros de la villa y era conocida como «Explanada del Retamar», sirviendo como lugar de descanso para el ganado.
Más adelante se denominaría «El Ejido» o «San Marcos». Es a finales del siglo XVIII cuando se abrieron los molinos de aceite de la Casa de Fernán Núñez (actual mercado), en el flanco superior, mientras que entre la calle San Marcos y Ramón y Cajal se localizaría el pósito municipal. A su alrededor se alzaron otras viviendas populares, cerrando el recinto y conformando el actual paseo. El propio conde de Fernán Núñez, Carlos José Gutiérrez de los Ríos, destinaría dinero para su acondicionamiento.
Es en 1841 cuando se plantea la transformación para lugar de recreo y embellecimiento local. Para lograr dicho objetivo, los vecinos y el ayuntamiento contribuyeron con sus propios fondos.
Sin embargo, sería con la culminación del monumento al Triunfo de Santa Marina, en uno de sus rincones, cuando la plaza adquiere su actual nomenclatura. Aunque originalmente se iba a destinar al jardín de la iglesia, se cambió su ubicación al sitio actual, inaugurándose el 24 de enero de 1842. Este bien está formado por la imagen de la patrona en piedra artificial y una columna toscana en jaspe blanco (cuyo origen podría establecerse en los mármoles romanos que se almacenaban en el palacio) y un gran pedestal de piedra gris, elevado sobre un gran muro.
En 1872 se eliminaron los asientos, se plantaron álamos, naranjos y acacias (entre otros) y se estableció un poyo corrido, con baranda, en los muros perimetrales. Desde finales de dicha centuria ya contaba con un sistema de iluminación de farolas que arden, de manera permanente, desde 1895.
Fue en 1913 cuando se realizó la plataforma de música, ofreciendo sus conciertos en los días festivos. Más adelante, en 1931, con el advenimiento del nuevo régimen, adquiere el nombre de «Paseo de la República», siendo renombrado en 1937 con el del «Santa Marina».
Ya en los años 60 se exhibe la reforma más conocida (debido a su contemporaneidad) por la población, esta vez siguiendo las trazas del escultor local Juan Polo Velasco. En esta intervención se reemplazaron los muros de la calle San Sebastián y Ramón y Cajal por una escalerilla, nuevo pavimentado y arbolado, mientras continuaron las farolas y asientos de hierro fundido. La ausencia de arboleda se suplió con una ligera vegetación y pequeños parterres con rosales que, con el paso del tiempo, fueron desapareciendo. En 1979, con la Transición, pasó a denominarse «Paseo del Triunfo de Santa Marina», en honor, claro está, al monumento más representativo del recinto.
Seguidamente, en julio de 1997 se inauguró la rehabilitación del monumento, con la que queda configurada la imagen reciente del triunfo. En cada uno de los cuatro costados se colocaron unos ángeles realizados en piedra artificial por el artista local Juan María Vargas Fuentes. Además, se le instaló una nueva baranda metálica (diseño de Francisco Vargas) e iluminaria, compuesta por cuatro farolas recuperadas, probablemente, de la antigua «Cruz de los Caídos» del jardinito de la iglesia de Santa Marina, demolida durante la Transición.
No obstante, la configuración actual del paseo comienza a plantearse en el año 2008. En esa fecha tiene lugar un concurso público, ganado por el arquitecto local Francisco Javier Aragonés Morales, que proyectaba un aparcamiento subterráneo de 3 niveles con 200 plazas y distintas zonas en superficie que fuera un homenaje a los artistas locales, además de una zona ecologista. Sin embargo, la crisis económica de ese año y la magnitud del proyecto lo relegó a un cajón, estableciéndose tímidas obras de mantenimiento en los años sucesivos.
Sería en julio del año 2022, y bajo la dirección del mismo arquitecto, cuando se reinicie su reforma integral, con un presupuesto de 1.629.905 euros del fondo municipal. En esta ocasión, se sustituye el aparcamiento subterráneo por una sala de usos múltiples y se readapta el espacio superior de acuerdo con las nuevas funciones y necesidades. Así, se proyectan zonas verdes y asientos, zona de juegos, nueva iluminación, fuentes centrales y un uso sostenible del agua, mediante el reciclado y almacenamiento del agua de lluvia. También se incluye un balcón cofrade y distintos espacios dedicados a la cultura y monumentos locales, mediante la digitalización de la información.
En la operación también se ha incluido el realzado del basamento y conjunto de farolas de Santa Marina, cambiando la piedra de cantería por piezas graníticas acordes al nuevo espacio.
Por último, el monumento a Santa Marina se mantiene en su ubicación, siendo restaurado el pedestal, columna e imagen por el conservador-restaurador José Diego Chaves Borrego, con fondos municipales, ascendiendo la cuantía a los casi 12.000 euros.
(Texto: F.M.E.J.)