La «Cruz de los Desamparados» es un monumento que se encuentra junto a la ermita del Calvario, en el margen de la carretera que une Fernán Núñez con San Sebastián de los Ballesteros.
Se trata de un pequeño recinto de planta triangular cercado con un pequeño muro en el que se alza una cruz sobre columna y base cuadrangular con cuatro escalones decrecientes. En su base se conserva una lápida con la inscripción «Cruz de los Desamparados, conmemorativa».
Este espacio recuerda la incursión musulmana sobre la zona en el año 1382. Cuenta la tradición que se apareció Santa Marina de Aguas Santas a una pastorcilla de Abencález, aldea que se encontraba en este lugar, para avisarle del inminente asedio y recomendando el refugio de la población y los bienes de la iglesia de la aldea en la vecina fortaleza de Fernán Núñez. Con la aparición, la santa clavó una cruz con la que hizo brotar una fuente, conocida como «Pocito de Santa Marina».
Gracias a este hecho, sus vecinos se salvaron y proclamaron a Santa Marina como patrona. No obstante, el territorio de Abencález quedó totalmente destruido por el desamparo en que se halló, de ahí el nombre de la cruz.
Los supervivientes sustituyeron la cruz de Santa Marina por otra de piedra con la imagen de la pastora en oración.
A la muerte de Alonso de los Ríos, señor de Fernán Núñez, se ordenó la construcción de un humilladero a Hernán Ruiz el viejo en 1531. Aunque debió ejecutarse, su deterioro obligó a su sucesor, el III conde de Fernán Núñez, a sustituirla por otra con fuste de mármol rojo de Cabra en 1717.
Su conservación perduró hasta la Guerra Civil, cuando fue destruida y sustituida por la actual. De la cruz del siglo XVIII sólo se conserva la lápida original, con la inscripción de la historia, colocada en la capilla del Bautismo de la parroquia de Santa Marina de Aguas Santas el 18 de julio del año 2000.
(Texto: F.M.E.J.)