En aplicación del Decreto 77/2010 del 23 de marzo, por el que se califica de utilidad pública la lucha contra el curculiónido ferruginoso de las palmeras (picudo rojo) y se establecen las medidas obligatorias para su prevención y lucha, por tanto los propietarios de las palmeras tienen una serie de obligaciones con el fin de evitar la propagación de la plaga.
En aplicación del Decreto 77/2010 del 23 de marzo, por el que se califica de utilidad pública la lucha contra el curculiónido ferruginoso de las palmeras (picudo rojo) y se establecen las medidas obligatorias para su prevención y lucha, por tanto los propietarios de las palmeras tienen una serie de obligaciones con el fin de evitar la propagación de la plaga.
Según el mapa de la Junta de Andalucía este municipio se considera ZONA INFECTADA.
Se reconocen como plantas sensibles al ataque del picudo rojo entre otras palmáceas a Phoenix canariensis (palmera canaria), Phoenix dactylifera (palmera datilera), washintonia spp.
Los propietarios de palmeras deberán:
• Notificar al departamento de medio ambiente la aparición de cualquier síntoma al teléfono 957 382124
• Permitir a las personas autorizadas el acceso a los lugares donde estén ubicados ejemplares sensibles a ser atacados.
• Aplicar las medidas fitosanitarias que se establezcan.
• Controlar que las labores de poda se efectúen de modo adecuado.
• Una vez detectada la plaga se procederá en base al protocolo establecido por la Junta de Andalucía en el Decreto que se puede resumir en:
• Tratamientos foliares, mediante pulverización mojando al cogollo cada 30/45 días.
• Tratamientos mediante endoterapia, con varias inyecciones al tronco cada 6 meses.
• Las podas se cortaran solo las hojas secas o las que molesten, evitando podas severas. El picudo rojo se ve atraído por sustancias desprendidas en el tejido recién cortado. Realizar la poda en el periodo comprendido entre el 15 de noviembre y el 15 de febrero (periodo invernal). Los restos de poda hay que tratarlos y destruirlos.
• La destrucción de los restos de poda infectados se seguirán las directrices del decreto 77/2010 y el propietario deberá depositar los restos en el lugar autorizado para este fin.
Conceptos:
- Balona: Ornamento hecho durante el proceso de poda, con los restos de hojas cercanos a la copa.
- Estípite: Tallo de la palmera.
- Poda de palmera: Esta operación no es una poda estricta, habitualmente consiste en retirada de hojas y cepillado de las tábalas a nivel de la corteza. Actualmente están desaconsejados cepillados, debido a que facilitan entrada del picudo y esporas de hongos patógenos.
- Poda terapéutica o saneamiento mecánico: Consiste en retirar tejido infectado por formas vivas de la plaga, hasta limpiar el ejemplar, siempre que se respeten la yema apical y el estípite.
- Tábala: Base de la hoja de la palmera.
PLAGA:
Ciclo biológico: Una vez alcanzada la planta por hembra adulta fecundada, realiza la puesta en tejidos cercanos a la yema terminal. Tras la eclosión del huevo, la larva evoluciona mediante galerías hacia el palmito, cuyo tejido es el objetivo de la plaga. Sucesivos estados larvarios, hacen alcanzar el tamaño definitivo y la madurez antes de la formación de la crisálida. La crisálida, denominada localmente “croqueta”, aloja el individuo durante su metamorfosis. Una vez alcanzada el último estadio evolutivo y con forma de escarabajo perfecta, los individuos emprenden mediante paseos y vuelo, la búsqueda de nuevos ejemplares de palmeras donde depositar los huevos tras la fecundación.
Daños: Las larvas desde su eclosión buscan la yema de la palmera como objetivo principal de su alimentación, dado que este tejido es el más apetecido por este insecto. Van aumentando su tamaño y la densidad de individuos, producen en el interior del tejido debido a la actividad y producción de restos de material deyectado, un aumento de temperatura y una posterior fermentación del tejido. Esto ocasiona en un momento determinado, la pérdida definitiva del palmito con la consiguiente muerte del ejemplar de palmera afectada.
Síntomas: En la llegada inicial del adulto a la copa, se producen mordeduras en los foliolos de las hojas, que pueden detectarse con suerte. Una inspección detallada de la masa de hojas en su base, muestra galerías emergentes con restos de serrín. En un estado avanzado, parte de la masa de hojas comienza a desprenderse debido a la pérdida de tejido que produce el gran número de galerías en esta zona. Cuando los individuos alcanzan la base de la yema apical, esta se comienza a desprender hacia un lado. En pocos días si no se toman medidas, se terminan secando todas las hojas y las nuevas, procedentes de la yema, acaban sucumbiendo del mismo modo.